En el post anterior, hemos expuesto los pasos recomendables para fomentar una actitud positiva hacia los deberes y por tanto crear los cimientos para los hábitos de estudio. Pero también es importante saber qué no se debe hacer a la hora de ayudarles con los deberes.
Si nuestro hijo/a necesita mucho tiempo para realizar las tareas, tarda mucho, o no lo hace como quisiéramos, no debemos nunca recurrir a comparaciones externas con otro hermano/a, con amigos o conocidos, porque lo único que conseguimos es no respetar su ritmo y minar su autoestima. Hay que ayudarle respetando simpre su ritmo y sus peculiaridades. No podemos estar todo el tiempo encima de ellos para ver si los han terminado o si los han hecho ya, lo único que conseguimos con ellos es crear estrés continuo y desarrollar mal estar hacia los deberes.
Tampoco debemos hacer los deberes por ellos, hay que ayudarles y apoyarles en las dificultades que se presenten. De igual manera hay que fomentar los "momentos de los deberes" pero SIEMPRE respetando también sus momentos de ocio, no podemos obsesionarnos ni obsesionar al niño/a con la idea de que los deberes es lo más importante en su vida.
Si nuestro hijo/a presenta dificulatades continuas a la hora de hacer los deberes no podemos presionarle, tenemos que intentar explicarle las cosas con una actitud positiva. Claro está, que si los problemas persisten y se extienden al aula, debemos acudir a un profesional para poder observar bien esas dificultades en el aprendizaje y poder ponerlas remedio cuanto antes.
Tampoco podemos criticar todo lo que hace mal, ni reforzarle únicamente con cosas materiales, recuerda que hay un término medio.
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